Dulce Rosalía dejó una huella imborrable en la comunidad de Villa Gesell y en cada visitante de la ChocoGesell. Su stand no solo ofrecía sabores únicos, sino también una calidez humana que trascendía cada edición. Hoy, su hijo Sebastián continúa con el emprendimiento, manteniendo viva una tradición que ya es parte de la identidad de la fiesta.
“Hoy soy el que heredó Dulce Rosalía y estoy siguiendo los pasos de mi madre”, expresó Sebastián, quien tomó la posta de uno de los stands más emblemáticos de la ChocoGesell, con una trayectoria de numerosas participaciones no solo en este evento, sino también en distintas propuestas del calendario invernal.
“Esta era la fiesta que más amaba, en la que más quería estar. Le encantaba venir con sus cascadas típicas, decorar su stand y dar lo mejor de ella en cada detalle”, recordó Sebastián sobre el cariño especial que su madre tenía por la ChocoGesell.
Con emoción, agregó: “Hoy me esfuerzo por dar lo mejor y sé que, esté donde esté, mi mamá está orgullosa de lo que estoy haciendo”.
El espíritu de Dulce Rosalía continúa vivo en cada edición de la fiesta, en cada cascada de chocolate que invita a compartir y disfrutar. Su legado se mantiene intacto, no solo en los sabores, sino también en la calidez que supo transmitir.
Las y los invitamos a acercarse a su stand, donde podrán disfrutar de las tradicionales cascadas de chocolate para bañar frutas, galletitas y mucho más, celebrando así la memoria y la pasión de quien convirtió su arte en una marca querida por toda la comunidad.