Agosto es un mes de celebraciones para Sudamérica. Comienza con un nuevo año agrícola, marcado por el 1 de agosto en todas las comunidades andinas, y continúa el 5 con el Día de la Virgen de Copacabana.
En el marco de las festividades —que se desarrollarán desde hoy y hasta el 10 inclusive— con múltiples actividades, charlamos con integrantes de la Colectividad Boliviana para conocer más sobre la historia de la Virgen en Villa Gesell.
Mantener viva la tradición, expandirla y acercarla a distintos puntos de América: ese es el valor que destaca la Colectividad al compartir una de sus fechas más significativas. ¿Y qué particularidad tiene este año? Que se une a los 200 años de la independencia de Bolivia, nos cuenta Jorge Almendras: "De padres a hijos buscamos difundir nuestras raíces, la fe en María, simbolizada en la Virgen de Copacabana".
"Esta es una fiesta de devoción y agradecimiento", resume, destacando la presencia de bailarines de Caporal, Tinku, la Morenada, el Salay y la Diablada, entre las más de 20 danzas tradicionales de Bolivia, que evocan la plurinacionalidad del país.
Bertha Vallejos Vargas es secretaria de la Colectividad Boliviana. Oriunda de Cochabamba, vive en Villa Gesell desde hace casi 20 años.
"Para contar los orígenes de la festividad, hay personas que llevan unos 50 años acá", recuerda al inicio de esta charla. A raíz de la entrevista, decide retomar los recuerdos de los y las mayores de la comunidad: "Siempre hay algo más para aprender", resume con humildad sobre la manera en que eligió abordar esta nota. "Tenemos mucho para contar y compartir con la comunidad geselina sobre la llegada de la Virgen a este lugar".
UN POCO DE HISTORIA
Corre el año 1976. Simón Catari, de origen boliviano, y Morena Agapita Palacios, nacida en Paraguay, están afincados en Pinamar. Al viajar a Bolivia, traen con ellos la imagen de la Virgen a su hogar. "En esos años eran pocas las familias migrantes, y se juntaban a compartir entre quienes vivían en Pinamar, Villa Gesell y Mar del Plata", relata Jorge Almendras. De esos encuentros, Dora Martínez de Carabajal le comenta a Morena —de nacionalidad paraguaya— que el 5 de agosto es el aniversario de la Virgen, y que debía celebrarse con una misa.
La festividad comienza así a tomar forma, y más tarde nace la Colectividad Boliviana. La Virgen empieza a recorrer distintos hogares hasta establecerse en Villa Gesell, dando origen también a la capilla que un grupo de familias comenzó a proyectar para sus hijos e hijas. Se creó un Centro de Residentes, tras la compra de un terreno que hoy alberga la sede de la Colectividad, gracias a Simón Katari, Tomás Carabajal y Marcial Mamaní.
Todo surge de aquellos años de migración y de dictaduras que azotaron a nuestros países. Fue en el barrio de La Carmencita donde se asentaron familias provenientes de Potosí, Santa Cruz y Cochabamba, entre otros departamentos del país vecino. Con el tiempo, fueron creando espacios de encuentro y recreación.
La Colectividad se presenta hoy como un espacio abierto a todo el público. "Hacemos eventos deportivos, de danzas y gastronomía típica. Todo lo recaudado ayuda a sostener el espacio", explica Bertha, feliz de reencontrarse cada vez más con su cultura, más allá de las migraciones.
Revalorizar la lengua quechua, las raíces y la diversidad cultural: todo eso nos acerca esta fecha. La celebración en Bolivia data de 1583, cuando el pueblo de Copacabana comenzó a venerar a su Virgen, en un lugar ubicado a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, a orillas del lago Titicaca.
En las placas que ilustran esta nota pueden ver las actividades que llenarán nuestras calles de color, danza y música los días 8, 9 y 10 de agosto.
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