En un encuentro de armonía y conexión con la naturaleza, la profesora Agustina Blanco guió a un grupo de residentes y turistas que participaron de la actividad anoche.
La jornada ofreció una experiencia única: una clase de yoga en la playa, un entorno inigualable para disfrutar de sus múltiples beneficios físicos y mentales, promoviendo la conexión con uno mismo y la práctica de actividad física.
Cabe destacar que en la ciudad se dictan clases de yoga libres y gratuitas en la playa deportiva, el bosque fundacional y otros puntos, además de actividades especiales como el baño de bosque y el yoga de luna llena. Todas están dirigidas a personas con o sin experiencia, a partir de los 15 años.